Guillermo quiere dos años de tranquilidad con Kate sin actos oficiales
Así lo revela hoy el dominical "The Sunday Times", que añade que Guillermo cree que esta es la mejor manera de reforzar su matrimonio antes de que su vida sea centro de permanente atención. El príncipe quiere copiar la vida que llevó su abuela después de casarse en 1947 con el duque de Edimburgo, ya que la soberana pasó un tiempo con su marido, mientras éste servía en Malta en la Marina.
Así lo revela hoy el dominical "The Sunday Times", que añade que Guillermo cree que esta es la mejor manera de reforzar su matrimonio antes de que su vida sea centro de permanente atención.
El príncipe quiere copiar la vida que llevó su abuela después de casarse en 1947 con el duque de Edimburgo, ya que la soberana pasó un tiempo con su marido, mientras éste servía en Malta en la Marina.
"El príncipe Guillermo y Catherine seguirán el modelo del matrimonio de la Reina y el príncipe Felipe. Guillermo quiere que su matrimonio sea sólido antes de entrar en la función pública", dijo al dominical un funcionario del Palacio de Buckingham, residencia de la Familia Real británica.
En los meses siguientes a la boda del príncipe y Kate Middleton, que se celebrará el día 29 en Londres, la joven no tiene previsto tomar parte en solitario en un compromiso oficial.
Según el dominical, el príncipe Guillermo ha estudiado la forma en que su abuela ha mantenido su vida privada a lo largo de los años.
Isabel II y el príncipe Felipe se conocieron ocho años antes de casarse en 1947 y los dos estuvieron en Malta unos años.
El príncipe Carlos y Diana de Gales fueron novios durante un breve periodo de tiempo antes de su boda el 29 de julio de 1981, tras lo cual tomaron parte en numerosos compromisos oficiales, pero se separaron en 1992 y se divorciaron en 1996.

El príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge se besan en el balcón de Buckingham ante la multitud
El príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge ya son marido y mujer. Los amigos e invitados que han tenido el privilegio de ver a la pareja darse el “sí quiero” dentro de la abadía ya están en el palacio de Buckingham para disfrutar del almuerzo ofrecido por la reina Isabel II (sólo asistirán 600 personas). ¿Y los novios? Han descansado un poco tras hacer el recorrido por las calles de Londres y, frente una multitud enfervorecida y ansiosa, han salido al balcón del palacio. Todas las miradas, como ha ocurrido durante todo el día, están puestas en ellos, esperan su primer beso.
Ellos salen primero, sin dejar de sonreir y saludar a la multitud que grita y les pide un beso. Llega el momento. Un rápido beso, casi tímido, que desata la locura. Con ellos en el balcón, la reina Isabel, los padres de Catherine, el príncipe Harry y Pippa Middleton. Estos últimos no paran de hacerse comentarios, seguro que explican lo que han sentido durante la ceremonia, mientras Camilla juega con la pequeña Eliza, su nieta, que ha sido una de las "damitas" de honor. Los pequeños pajes comentan con Guillermo la exhibición aérea que sobrevuela el palacio antes de que este se concentre de nuevo en su ya esposa. El segundo beso se hace esperar un poco, la pareja parecía pensárselo pero se lo ha dado. La pareja es feliz y se nota.
Después de la ceremonia se encontraron con los cientos de londinenses y turistas que abarrotan las calles de la capital con la esperanza de verles aunque sea durante un segundo. Todo el calor y el cariño que, el ya matrimonio, agradeció en las páginas del programa de la boda real, lo sintieron en directo.
PINCHE SOBRE LA IMAGEN PARA VER LA GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS
Aunque el cielo amenazaba lluvia, quisieron tener el detalle de estar lo más cerca posible de quienes se han volcado estos días y les han mandado mensajes y felicitaciones. Por eso se subieron en el carruaje 1902 State Landau, descubierto, para hacer el recorrido que incluyó Parliament Square, Whitehall, Horse Guards Parade y el Mall. La gente gritaba y vitoreaba a los novios, silbidos, enhorabuenas, el ruido es ensordecedor y cientos de banderas se agitan... ellos correspondieron sonrientes y emocionados saludando con la mano. Al subir a esta carroza seguro que el príncipe no pudo evitar recordar que fue la misma en la que su madre, Diana de Gales, hizo su primer paseo como recién casada en 1981. Desde su construcción en 1902 para la coronación del rey Eduardo VII, ha sido utilizada en numerosas ocasiones por la reina Isabel II y también por los duques de York, que la usaron en su tour como recién casados en 1986.
El cortejo de los novios estuvo escoltado por sendos escuadrones de la Caballería real y formado por otros cuatro coches de caballos. En los dos siguientes carruajes, Ascot Landau, viajaban el padrino, el príncipe Harry, la dama de honor y el cortejo nupcial. Les seguía un Landau semi-State con la reina y el duque de Edimburgo y por último, un Landau semi-State que llevaba al príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles y los padres de Catherine. Todos ellos sentieron en primera persona la cercanía de la gente que lleva días enteros haciendo guardia en la calle para coger un sitio privilegiado.

El eterno recuerdo de Diana de Gales en el día más importante en la vida del príncipe Guillermo
La figura de Diana, como no podía ser de otra forma, ha vuelto a estar representada hoy durante la celebración del enlace del príncipe Guillermo y Catherine Middleton. Sin embargo, y contra todo pronóstico, la madre del futuro heredero al trono inglés ha estado menos presente de lo que cabía imaginar, quizás para evitar que este día de tanta felicidad fuera empañado por la tristeza.
A pesar de esto, el hijo mayor del príncipe Carlos y Lady Di, ha querido homenajear a su madre incorporando como primera composición musical de la ceremonia, Guide Me, O Thou Great Redeemer, el último himno que se cantó durante el funeral de Diana en 1997.
La música ha seguido recordando a Diana, esta vez con la presencia de Elton John en la abadía de Westminster, ya que fue él el encargado de entonar una de las canciones más bellas y recordadas durante el último adiós a la princesa del pueblo, el tema Candle in the Wind.
La familia Spencer, también se ha encargado de recordar con su asistencia a la boda la imagen de la malograda princesa. Lady Sarah McCorquodale y lady Jane, hermanas mayores de Diana, Mrs. Anne Wake-Walker, tía abuela de Guillermo y el conde Spencer seguido por sus hijas han querido arropar a su sobrino y primo en este día que ya pasará a la historia. El futuro heredero ha tenido un gran gesto con ellos, pues nada más hacer su entrada en el templo se ha dirigido hacia ellos junto a su hermano príncipe Harry para fundirse en un cariño saludo.
La vestimenta de las damitas de honor, también ha supuesto un guiñó a Lady Di, pues en su multitudinaria boda con el príncipe Carlos, las niñas que le acompañaron al altar lucieron unas vestimentas muy similares compuestas con unos preciosos trajes blancos de vuelo con fajines.
El fotógrafo Mario Testino, quien fue el encargado de retratar a los príncipes herederos ingleses el día del anuncio de su compromiso, ha sido otro de los selectos invitados en hacernos recordar a Diana de Gales, pues para ella el retratista peruano era su favorito.
Sin embargo, y a pesar de lo que podríamos haber apostado en un principio, el vestido de novia de Catherine, no nos ha recordado a Lady Di el día de su enlace con el príncipe de Gales y sí en alguno de sus pliegues al de Grace Kelly.
Han pasado ya 14 años, pero el príncipe Guillermo no ha dejado caer en el olvido la figura de su madre, tan presente en cada uno de los momentos más importantes de su vida y comparado en numerosas ocasiones con ella en sus labores solidarias. Hoy el príncipe Guillermo tiene mucho que celebrar y recuerdo perpetuo que nunca olvidará.
Los príncipes de Asturias, Alberto de Mónaco
y Charlene Wittstock, la reina Sofía...
los invitados reales llegan a la abadía de Westminster
Con puntualidad británica, pasadas las once y veinte de la mañana (hora española), los invitados reales que tendrán el privilegio de presenciar el “sí quiero” del príncipe Guillermo y Catherine Middleton en directo han comenzado a llegar a la abadía de Westminster. De ellos, hay unos cincuenta que pertenecen a la familia real inglesa y en torno a cuarenta han venido en representación de las casas reales extranjeras. Aunque el día ha amanecido gris y amenaza lluvia, el desfile de espectaculares trajes y tocados para la boda real inglesa mantiene la atención de los cientos de personas agolpados en las calles de la capital, algunos desde hace días, para la ocasión.
La realeza extranjera que está en Londres cuenta con algunas de las reinas y princesas más elegantes del mundo y los príncipes más admirados lo que sin duda aumenta la expectación. Si bien en esta ocasión las tiaras y los vestidos largos se han quedado en el armario, los tocados, sombreros y vestidos cortos han sido los “reyes” tal y como manda el protocolo (en la cena previa sí que se vieron los tradicionales vestidos largos).
La reina Sofía y la princesa Letizia confían en sus diseñadores favoritos
La reina de España, doña Sofía, y los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, llegaron el jueves al mediodía a la capital para presenciar el enlace. Aunque casi todas las casas reales tenían dos invitaciones, en la reciente visita del príncipe Carlos y Camilla a España estos tuvieron el detalle de ampliar la suya y por eso acuden los tres. La reina, como ya hizo anoche en la cena previa, ha optado por otro vestido de Margarita Nuez, en tonos azules con flores, tocado y guantes. La princesa Letizia ha seguido fiel a Felipe Varela, con un vestido en muselina plisada rosa terracota, con bordados imperio en hilo al tono, zapatos en raso al tono de Magrit, guantes en ante, bolso de boquilla fruncido y sombrero de Pablo y Mayaya.El príncipe Felipe viste el uniforme de gala de la Armada correspondiente a su grado, capitán de fragata, con las siguientes condecoraciones la Gran Cruz de la Orden Victoriana del Reino Unido que Isabel II le concedió con motivo de su visita oficial a España en 1988. Al cuello lleva el Toisón de Oro, una de las órdenes dinásticas más prestigiosas del mundo, y en la solapa la Gran Cruz de Carlos III, del Mérito Militar y del Mérito Naval. Cruza su chaqueta la banda correspondiente a la Gran Cruz de la Orden Victoriana.
La realeza europea está presente en este gran día
La lista continúa con los miembros de la realeza europea: el príncipe Felipe y la princesa Matilde de Bélgica, con un vestido de Armani Privé en azul petróleo; el rey Simeón II y la reina Margarita de Bulgaria; la reina Margarita de Dinamarca; la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Daniel, duque de Västergötland, que contrajeron matrimonio el 19 de junio de 2010; el rey Constantino, padrino de bautismo del novio, y la reina Ana María de Grecia que van con su hijo, el príncipe Pablo, la mujer de este, la princesa Marie-Chantal, y el hijo de ambos, el príncipe Constantino de Grecia, de trece años (ahijado del príncipe Guillermo).
El gran duque Enrique y la duquesa María Teresa de Luxemburgo; el príncipe Alberto II de Mónaco y Charlene Wittstock, que también se darán el “sí quiero” este año, concretamente el 2 de julio; el príncipe Guillermo y la princesa Máxima de Holanda, con el hermano de Guillermo, Johan Frisso y su mujer Mabel Wisse; el rey Harald y la reina Sonia de Noruega y el rey Miguel I de Rumanía y su hija la princesa Margarita. El príncipe heredero Alexander y la princesa Catalina de Yugoslavia con su prima, la princesa Isabel de Yugoslavia también están presentes.
La familia real inglesa muy puntual
Siguiendo también el horario establecido, han llegado los familiares del novio. La reina Isabel II, de amarillo, y el duque de Edimburgo; el príncipe de Gales, Carlos, y la duquesa de Cornualles, Camilla, que lleva un vestido de Anna Valentine, que fue la diseñadora de su vestido de novia; el duque de York, Andrés, y sus hijas las princesas Beatriz y Eugenia de York, con zapatos de Jimmy Choo y unos de los tocados más originales de la ceremonia; los condes de Wessex, Eduardo y Sophie, y su hija lady Louise, de siete años; la princesa Ana y su marido Timothy Laurence con sus hijos y sus respectivas parejas Peter y Autumn Phillips y Zara con su prometido, Mike Tindall (se casan el 30 de julio en Edimburgo).
Lord David, vizconde Linley, hijo de la princesa Margarita, y su mujer Serena, vizcondesa Linley, con su hijo Charles, de once años, y su hija Margarita, de ocho, que es una de las damitas de honor; lady Sarah, hija de la princesa Margarita, y su marido Daniel Chatto con sus hijos, Samuel y Arturo; Eduardo y Catherine, duques de Kent; Sylvana Palma Windsor y su esposo George Windsor, el conde y la condesa de St. Andrews (él es hijo de los duques de Kent), y sus hijos, Edward, lord Downpatrick, lady Marina-Charlotte Windsor y lady Amelia Windsor; lord Nicholas Windsor, hijo de los duques de Kent que fue paje en la boda del príncipe Carlos y Diana de Gales, y su mujer lady Paola; lady Helen Taylor, prima de Isabel II, y su marido Timothy Taylor; el príncipe Michael de Kent, primo de Isabel II, y la princesa de Kent, Marie-Christine, con sus hijos, Lord Frederick Windsor y su esposa lady Sophie y Gabriela Windsor.
Así se sientan para presenciar la ceremonia
La disposición de estos en el interior de la abadía será la siguiente. La reina, el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles y el príncipe Harry, padrino del novio, se sentarán en el primer banco de la linterna sur y tras ellos, estarán los miembros de las familias reales extranjeras invitados. Carole Middleton, Michael Middleton y James Middleton, padres y hermano de Catherine, se sentarán en el primer banco de la zona linterna norte (hay más espacio y lo ocuparán otros invitados de los que no se ha especificado los nombres). Su hermana Pippa ejerce de dama de honor en la ceremonia.
Tras ellos, en un segundo conjunto de bancos estarán los miembros de la familia materna de Guillermo. En el crucero norte, los amigos de Guillermo y Kate, y en el sur, gobernadores generales, representantes del cuerpo diplomático y amigos de la familia Middleton. En los espacios norte, representantes de la iglesia anglicana y otras religiones y amigos del príncipe Guillermo y Kate, mientras que los espacios sur están reservados a los miembros del Gobierno y amigos de los novios. En la nave norte estarán los amigos del príncipe de Gales y otros invitados y en la nave sur, representantes de la iglesia anglicana y otras religiones y otros invitados.
La cena privada y 'entre amigos' en Buckingham, la gran fiesta de la boda real
Alejados ya del formalismo del banquete nupcial, los amigos y familiares más cercanos de la pareja se han cambiado de traje y se han dirigido a Buckingham de nuevo para disfrutar de una cena y fiesta privada con la que poner el broche de oro perfecto a este día tan mágico. Desde Clarence House, han salido el príncipe Guillermo, impecable con esmoquin, y su ya esposa, la duquesa de Cambridge que, por supuesto, se ha cambiado de vestido. El segundo “traje de novia” (¿o es el mismo de esta mañana pero sin encaje?) es igualmente de color blanco, combinado con un bolero del mismo color y un cinturón de pedrería. Siguiendo la línea de esta mañana, llevaba el pelo suelto, un estilo natural en ella que le favorece. Y es que pocos adornos necesita la esposa del príncipe Guillermo para estar radiante.
Con ellos iban el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, de azul, que se han metido en un coche para cubrir el trayecto entre ambas residencias reales. A las puertas del hotel Goring, se ha podido ver también a los Middleton, minutos antes de que partieran hacia esta cita íntima, a la que no asistirá la realeza extranjera que ya tuvo su propia reunión el día previo al enlace. Ellos también se han vestido para la ocasión: Carole, la madre, de negro con volantes escalonados y plisados, con escote en pico y Michael, el padre, con el adecuado esmoquin.
Una de las más observadas y admiradas del día, después de la novia, Pippa Middleton, escogió un vestido largo verde esmeralda con un pronunciado y favorecedor escote en uve, con apliques en tonos plata, que combinó con complementos a tono. El tiempo ha respetado al máximo este día tan especial así que las estolas o chales no parecían necesarios, por lo que no escondieron las elegantes elecciones de vestuario.
El resto de miembros tanto de la familia real inglesa como del círculo íntimo de los novios apenas se han dejado ver antes de esta cita tan especial y con tanto valor sentimental para la pareja, ya que han entrado en coches privados en el patio del palacio. Puesto que se trata de una velada de caracter privado, sólo nos queda desearles a los novios que disfruten de este fin de fiesta tan emotivo.
Los vestidos de la novia
El vestido de Catherine Middleton era uno de los secretos mejor guardados de la boda real. Sin embargo, el gran día ha llegado y por fin hemos visto a la radiante novia entrando en la Abadía de Westminster para dar uno de los pasos más importantes de su vida y convertirse en la esposa del príncipe Guillermo. Y es que aunque en los últimos meses no han dejado de surgir rumores sobre quién sería la firma encargada de diseñar el vestido de Catherine, al final la elegida ha sido Sarah Burton para Alexander McQueen.
El vestido
La novia se ha decantado por un precioso diseño de color marfil y blanco satinado con escote corazón sobre el que lleva un cuerpo de encaje francés de manga larga que ha sido realizado a mano por la Real Escuela de Costura. La falda, con mucho volumen y una cola de tres metros de largo, también lleva apliques de encaje y algunas flores de seda color marfil. El corpiño de satén, estrecho en la cintura y acolchado en las caderas, se basa en la tradición victoriana de corsetería y es un detalle que caracteriza a los diseños de Alexander McQueen. La parte trasera tiene un acabado en gazar y botones forrados de organza sujetada por lazos. La enagua es de tul de seda con adornos de encaje de Cluny. Los zapatos han sido hechos a mano por el equipo de Alexander McQueen y están realizados en satén duquesa marfil con encaje bordado a mano por la Real Escuela de Costura.
El velo y las joyas
Está hecho de capas de tul suave, de seda color marfil con un recorte de flores bordadas a mano por la Real Escuela de Costura. Respecto al peinado, como ya sabíamos, también ha querido romper con la tradición y llevar el pelo suelto, algo que ha sorprendido a muchos pero que ha sido decisión personal de Catherine. La tiara también era uno de los detalles más importantes del esperado enlace. Así, se ha decantado por la joya de Cartier que el duque de York, que más tarde recibió el título del rey Jorge VI, regaló en 1936 a su esposa, la Reina Madre. A su vez, la actual Reina de Inglaterra recibió la tiara como regalo de su madre con motivo de su 18º cumpleaños. Catherine luce además pendientes de diamantes en forma de pera que la firma Robinson Pelham ha diseñado inspirándose en el escudo de armas de la familia Middleton, que incluye bellotas y hojas de roble. Los pendientes han sido un regalo personal que los padres de la novia le han regalado en este día tan especial.
El ramo de flores
Diseñado por Shane Connolly, está inspirado en las flores favoritas de la Familia Real británica y la familia Middleton y que tienen un significado especial para los ‘novios reales’. Así, incluye lirios (símbolo de la vuelta a la felicidad), jacinto (constancia del amor), hiedra (fidelidad y amistad) y mirto (emblema del matrimonio). La tradición de incluir flores de mirto en el ramo nupcial se remonta al año 1845 cuando la reina Victoria plantó uno en los jardines de Osborne House, en la Isla de Wight.
Habla Sarah Burton
La autora del vestido de novia, Sarah Burton, ha emitido un comunicado nada más conocerse que ha sido ella la creadora del diseño: "Ha sido la experienca de toda una vida trabajar con Catherine Middleton para crear su vestido de novia. Los diseños de Alexander McQueen se basan en juntar contrastes para crear ropa despampanante y bonita y creo que, al haber conjugado tejidos y encajes tradicionales con una estructura y diseño modernos, hemos creado un bonito vestido para Catherine en el día de su boda. Los últimos meses han sido muy emocionantes y una experiencia increíble para mi equipo y para mí mientras trabajábamos muy de cerca con Catherine para crear este vestido bajo las condiciones de un estricto secretismo."
Sobre el secretismo que ha rodeado el proyecto, Burton añade: "Como se entiende, Catherine ha tenido mucho interés en mantener los detalles de su vestido en secreto, lo que es una prerrogativa de toda novia, y nos comprometimos a mantener nuestro papel confidencial hasta el día de la boda." La diseñadora también comenta qué le ha parecido ver a la novia con su creación: "Catherine está absolutamente impresionante hoy, y todos en el equipo en Alexander McQueen estamos muy orgullosos de lo que hemos creado. El vestido ha sido sólo uno de los componentes de un día espectacular, y no creo que sea apropiado comentar nada más, simplemente decir que estoy muy agradecida y honrada de haber tenido la oportunidad de trabajar en este proyecto, y expresar mis mejores deseos a S.S.A.A.R.R. el Duque y la Duquesa de Cambridge para el futuro."
En la cena posterior a la boda real, Catherine Middleton se decantó por un vestido de gazar de satén blanco a juego con bolero de angora y un cinturón de pedrería. Una creación también de Sarah Burton, diseñadora creativa de la casa Alexander McQueen. Siguiendo la línea de la ceremonia religiosa, llevaba el pelo suelto, un estilo natural en ella que le favorece. Y es que pocos adornos necesita la esposa del príncipe Guillermo para estar radiante. Durante la velada los ya convertidos en marido y mujer disfrutaron de la compañía de sus familiares y amigos más cercanos en el Palacio de Buckingham.
Resaca patriótica y festiva tras la boda de Guillermo y Catalina
El buen clima y los cuatro días de fiesta incidieron en el lento despertar del sábado y en las calles del centro de Londres solo se veía a los empleados de la limpieza que trabajaban para recoger los restos dejados por la multitud que asistió en directo a la boda.
El Reino Unido se ha despertado este sábado con la resaca patriótica y festiva que dejó la boda el viernes del príncipe Guillermo y Catalina, los nuevos duques de Cambridge, que pasaron su noche de bodas en el palacio de Buckingham, residencia de la reina.
El palacio albergó una fiesta ofrecida por el príncipe Carlos, el padre del novio, a la que estaban invitados 300 familiares y amigos cercanos de la pareja, y que estaba previsto que durara hasta altas horas de la madrugada, ya que se prepararon refrigerios matutinos.

Las infantas Leonor y Sofía, protagonistas de la Misa de Pascua a la que asiste cada año la Familia Real en Mallorca
La celebración ha estado marcada por la ausencia del Rey, que ha permanecido en el Palacio de la Zarzuela para llevar a cabo tareas de despacho
La Reina, los Príncipes de Asturias acompañados de sus hijas, las infantas Leonor y Sofía, y las infantas Elena y Cristina, llegaban a media mañana a la Catedral de Mallorca para asistir la tradicional Misa de Pascua. Como cada Domingo de Resurreción fueron muchos los lugareños que quisieron ver de cerca a los miembros de la Familia Real y se congregaron en las inmediaciones del templo para dedicarles aplausos y gritos de "viva la Reina" y "vivan los Príncipes de Asturias", y disfrutar de la simpatía de las hijas de don Felipe y doña Letizia que una vez más se convirtieron en el centro de atención de todas las miradas.
Las infantas, que a diferencia del año pasado no iban vestidas iguales, se comportaron como dos auténticas señoritas a sus cinco y tres años y posaron para los fotógrafos con su mejor sonrisa. Al comenzar la misa que ofició el Obispo de Mallorca, Jesús Murgui, la pequeña Sofía, que no se había soltado del brazo de su abuela ni un segundo durante el posado, se sentó al lado de sus padres mientras que Leonor prefirió quedarse junto a la Reina, que le dedicó una caricia y un beso ya que previamente le había llamado la atención por mostrarse inquieta y un tanto traviesa.
Como es tradicional, la ceremonia religiosa de la Pascua marca el final de las vacaciones de Semana Santa de los miembros de la Familia Real en el Palacio de Marivent, en Palma. Para la ocasión, doña Sofía lució un original traje de chaqueta y falda en azul marino con estampado de flores. Por su parte, la infanta Cristina se decantó por un vistoso vestido rojo mientras que la infanta Elena y la Princesa de Asturias optaron por pantalones oscuros. La primera los combinó con una original chaqueta negra y doña Letizia con una cazadora de ante marrón y una blusa muy primaveral.
Este año la ausencia más destacada ha sido la del Rey. Don Juan Carlos se encuentra en el Palacio de la Zarzuela realizando trabajo de despacho para preparar la visita oficial a España que realizarán desde mañana, lunes, hasta el miércoles el Emir del Estado de Catar y su esposa, la Jequesa Mozah Bint Nasser.
Una vez más y, a diferencia de lo que sucedió otros años, como en 2006 y en 2008, la foto de la Familia Real no va a ser completa. A la ausencia del Rey hay que añadir la de los hijos de las infantas Elena y Cristina así como el marido de esta última, Iñaki Urdangarín, que ha permanecido en su residencia habitual en Estados Unidos. Tras su breve visita a Mallorca, la hija menor de los Reyes presidirá la final del Trofeo Conde de Godó en Barcelona que disputarán esta tarde los españoles Rafa Nadal y David Ferrer. Mañana, doña Cristina viajará a Sigüenza (Guadalajara) para asistir el acto de entrega de la décimo séptima edición del Premio de Periodismo Europeo Salvador de Madariaga, un acto que se celebrará en el Castillo Parador a las 18:00 horas.

Felipe y Matilde de Bélgica, pasión por la Semana Santa española
Los príncipes y sus hijos disfrutan de las tradicionales celebraciones de estos días tan señalados en la localidad de Alburquerque (Badajoz)
España tiene algo especial que encandila a la realeza europea y es que desde hace años son muchos los que han visitado nuestro país para disfrutar del clima, la naturaleza, la cultura o la cocina española. De hecho, este año una de nuestras tradiciones más populares, la Semana Santa, ha despertado el interés de los príncipes Felipe y Matilde de Bélgica, que han viajado a Alburquerque (Badajoz) para disfrutar de estas fechas tan señaladas con sus hijos, los príncipes Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eleonor.
La familia está aprovechando estos días para conocer más a fondo nuestras costumbres y deleitarse con algunos de los platos típicos de la zona, además de conocer a las gentes del pueblo que aunque se sorprendieron con su visita no han dejado de mostrarles su cariño. Así, los herederos de los belgas se trasladaron a la localidad pacense desde Cobacha, una finca cercana en la que están pasando sus días de vacaciones, para asistir a la Pasión de Cristo, una representación que interpretaron más de 100 vecinos y que se celebra en el pueblo desde hace 12 años. Aunque el mal tiempo empañaron los festejos, Felipe y Matilde disfrutaron de lo lindo, al igual que sus hijos Gabriel y Eleonor que, ataviados con chubasqueros rojos para protegerse de la lluvia, fueron los que más se sorprendieron con la tradición del Viernes Santo.
En este duodécimo aniversario, los alrededores del Castillo de Luna se convirtieron por unos instantes en la ciudad de Jerusalén y los vecinos representaron algunas de las escenas más conocidas como el encuentro con María Magdalena, la última cena, la oración en el huerto de los olivos y la resurrección, entre otros. Sin duda, Alburquerque nunca olvidará la Semana Santa de este año y la recordará como una fecha en la que contó con la presencia de unos espectadores de lujo.

Las mejores fotografías de la princesa Isabella en su cuarto cumpleaños
Aunque sus hermanos mellizos le han quitado un poco de protagonismo, la hija de Federico y Mary de Dinamarca siempre será la 'princesita' de la casa
PULSE EN LA IMAGEN PARA ACCEDER A LA FOTOGALERÍA
Tras el revuelo formado por el bautizo de sus hermanos mellizos Vincent y Josephine el pasado 14 de abril, ahora todas las miradas se han centrado en la 'princesita' de la casa, la pequeña Isabella, que hoy celebra su cuarto cumpleaños. Así la Familia Real danesa ha celebrado esta fecha tan señalada en privado con una fiesta por todo lo alto en la que sin duda la reina Margarita habrá hecho hasta lo imposible por conseguir que su nieta disfrute de un día inolvidable. Cariñosa, alegre, risueña, traviesa... La princesa nunca pasa desapercibida y siempre que acude a un acto público junto a sus padres, los príncipes Federico y Mary, se convierte en la principal protagonista. Prueba de ello fue el bautizo de Vincent y Josephine en el que Isabella volvió a demostrar por qué ha conseguido robarles el corazón a todos los daneses. Durante toda la ceremonia la niña no dejó de sonreír y mostró su lado más femenino y coqueto posando con gran soltura y naturalidad ante los fotógrafos.
Isabella Henrietta Ingrid Margrethe, nació el 21 de abril de 2007 en el Hospital del Reino de Copenhague, el mismo en el que vinieron al mundo su hermano mayor, Christian, y los mellizos Vincent y Josephine. Es la segunda hija del Príncipe Heredero Federico de Dinamarca y de la princesa Mary y ocupa el tercer puesto de sucesión al trono por detrás de su padre y de su hermano.

El estilo de Máxima de Holanda en Alemania
La princesa de Orange hizo alarde de su elegancia con sofisticados conjuntos y espectaculares complementos
Máxima de Holanda lo ensalza todo: actos y trajes. Y una vez más lo ha vuelto a demostrar. La princesa de Orange ha causado sensación ante el derroche de elegancia que ha desplegado en su visita de Estado a Alemania junto a la reina Beatriz y su esposo, el príncipe Guillermo. Un viaje oficial con un marcado acento financiero debido los importantes intereses comerciales que comparten ambas naciones. La princesa no hizo las maletas al azar; ha querido dar la mejor imagen de Holanda como socio económico y lo ha conseguido luciendo siempre un atuendo sofisticado y regio, decantándose por refinados conjuntos y dando prioridad a espectaculares complementos, sin renunciar a su máxima: un estilo personal.
La princesa Máxima, al igual que la princesa Letizia y otras princesas herederas, también maximiza las puestas de sus prendas y, como sus homólogas, recicla. Optó para su visita al memorial de guerra Neue Wache por un conjunto de blusa blanca y falda negra a la altura de la rodilla, que combinó con zapatos de tacón y cartera bicolor (negros y beige), guantes cortos de cuero y un vistoso tocado en ocre adornado por una flor blanca y, como únicas joyas, unos pendientes de perlas y un reloj clásico estilo cartier. Un look con el que ya triunfó en México durante su visita oficial de 2009.
Pero la princesa de Orange no siempre ha vestido sobre seguro en su visita a Alemania, también ha arriesgado. Lució para el encuentro con el presidente alemán, Christian Wulff, y su esposa, Bettina, un llamativo vestido berenjena entallado a la cintura, con escote barco y manga francesa, que combinó con un chal de flores en momentos de frío y con espectaculares complementos en rosa palo, una enorme pamela y altos zapatos de tacón. Las joyas para este nuevo conjunto también fueron protagonistas: un broche de brillantes y unos originales pendientes de brillantes con flecos de rubíes.
Para la noche, la princesa Máxima se puso sus mejores galas y algunas fabulosas piezas de la corona holandesa. Lució un sofisticado vestido color nude, con pedrería en el escote y en el bajo, que coronó con la tiara bandeau de diamantes, que llevó en la boda real de Victoria y Daniel de Suecia, así como pendientes largos y brazaletes de brillantes, en la cena de gala que el mandatario aleman ofreció en honor a sus invitados reales. Y la visita no ha hecho más que empezar.

Tatiana de Liechtenstein, mamá de una pequeña Sofía
La Princesa está casada con Philipp von Lattorf y tiene seis hijos
España ocupará siempre un lugar en el corazón de Tatiana de Liechtenstein y ella a su vez, en el de los españoles. Aunque hayamos perdido el contacto y nos lleguen pocas noticias de su vida, que avanza como la de cualquiera. Ya no es aquella jovencita que vino a estudiar a Madrid para completar sus estudios de Economía ni aquella perfecta candidata a novia del príncipe Felipe. Es una mujer hecha y derecha. Esposa y madre de familia numerosa.
La historia mostró años después de su paso por la capital española que Tatiana, cuarta y única hija del príncipe Hans Adam y la princesa Marie, no estaba destinada a ocupar el trono de España y que tampoco estaba llamada a reinar en el corazón del Príncipe de Asturias, pero sí, paradojas de la vida, en el de otro Felipe, Philipp von Lattorf, a quien conoció en Londres y con el que contrajo matrimonio en junio de 1999 en Vaduz, capital del Principado.
También una Sofía regirá sus días y sus noches. Y es que la princesa Tatiana y Philipp von Lattorf acaban de ampliar la familia con el nacimiento de su sexta hija, la quinta niña, que se llamará Sofía Catarina María. La pequeña, decimocuarta nieta de los soberanos, ha recibido el mismo nombre de pila que su tía la princesa Sophie de Liechtenstein, que casualmente coincide con el de la segunda hija de los Príncipes de Asturias y la reina Sofía. Además son padres de otros cinco hijos: Lucas (2000), Elisabeth (2002), María Teresa (2004), Camila (2005) y Ana (2007). Una familia tan numerosa mengua considerablemente la agenda oficial de la Princesa y las oportunidades de verla a alguna que otra Fiesta Nacional en Vaduz. Pero nuestras ganas de saber de ella no menguan.

Juan de Luxemburgo celebró su 90 cumpleaños en familia
No todos los días se cumplen 90 años y por eso, Juan de Luxemburgo ha querido celebrar esta fecha por todo lo alto rodeado de su familia. La fiesta ha tenido lugar en el Palacio Gran Ducal, en Luxemburgo, y hasta allí fueron varios miembros de la realeza belga para felicitarle.
PINCHE SOBRE LA IMAGEN PARA VER LAS AMPLIACIONES Y MÁS FOTOGRAFÍAS
Allí se reunieron los reyes de Bélgica, Alberto y Paola, el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, la Gran Duquesa María Teresa, el príncipe Guillermo de Luxemburgo, heredero al Gran Ducado, el príncipe Sebastián, la princesa Marie Astrid, además del príncipe Jean de Luxemburgo, princesa Alix, príncipe Nicolás de Lichtenstein, los príncipes Tessy y Luis de Luxemburgo con sus hijos, el príncipe Félix, el archiduque Christian de Austria y los príncipes Sibilla y Jean de Nassau, entre otros.
Juntos disfrutaron de un concierto de la filarmónica del país y después, algunos de sus nietos tuvieron unas tiernas palabras hacia él. Y para terminar el cumpleaños, no podía faltar la tarta, que Juan de Luxemburgo cortó para sus invitados. Pudo disfrutar de una cálida celebración en familia, y es que sin duda, es un hombre muy querido.
Juan de Luxemburgo ganó la fama de héroe cuando luchó, junto a su padre, para liberar a su pueblo de la opresión nazi. Contrajo matrimonio, en la primavera de 1953, con Josefina Carlota, hermana de Balduino y Alberto de Bélgica, y tuvieron cinco hijos. En 1951, y durante diez años, formó parte del Consejo de Estado de Luxemburgo, y en 1964, cuando éste ya había cumplido los 43 años, su madre, la gran duquesa Carlota I, abdicó en su favor. Juan de Luxemburgo ostentó el título de Gran Duque de Luxemburgo, tras la abdicación de su madre en 1964, hasta su propia abdicación, en el 2000, a favor de su hijo Enrique.

'Glamour' con G de Grimaldi en la gala Amade
Carolina de Mónaco presidió, acompañada por sus hijos mayores Andrea y Carlota Casiraghi, la tradicional cita benéfica a favor de la infancia
Mónaco no se había quedado huérfano de glamour esta semana mientras el príncipe Alberto y su prometida, Charlene Wittstock, derrochaban elegancia fuera durante su visita oficial a Irlanda, la princesa Carolina y sus hijos mayores garantizaban la mejor imagen del pequeño principado, glamour con G mayúscula de Grimaldi, tal y como hemos vuelto a comprobar en una edición más de la tradicional gala Amade (Asociación Mundial de los Amigos de la Infancia) en el hotel de París. Una fiesta benéfica que contó de nuevo con una sofisticada puesta en escena de los miembros de la familia principesca y también, como siempre, con su incondicional apoyo a esta organización que centra toda su labor en los más pequeños.
A Carolina de Mónaco, madre de cuatro hijos, princesa de corazón de oro y reina de la elegancia (una vez más dio prueba de ello, con un conjunto negro de chaqueta smoking y falda larga, que combinaba a la perfección austeridad con belleza), no se le olvida que, más allá de las refinadas fiestas y los diseños de alta costura, hay una infancia rota que precisa de voces y rostros que luchen por sus derechos tal y como lleva haciendo al frente de Amade durante los últimos 17 años. Principio que ha calado hondo en sus hijos Andrea y Carlota Casiraghi. Ambos hermanos se prodigan en citas solidarias y asumen como propias sus causas humanitarias demostrando que son dignos herederos de la princesa.
De sus valores y de su distinción, como en esta ocasión. Carlota brilló con un vestido palabra de honor con estampado floral en tonos ocres y sandalias Tribute de Yves Saint Laurent a tono, mientras que Andrea, acompañado de su novia, Tatiana Santo Domingo, puso la nota exótica con unos zapatos estampados en cebra. No faltó a la velada un exquisito menú, la actuación de un conocido comediante y monologuista francés y la subasta de obras de arte y objetos singulares para recaudar fondos que serán destinados en ayuda a la infancia necesitada del mundo. Todos los ingredientes para una noche redonda.

Haakon y Mette-Marit de Noruega, dos turistas en Ghana
Los príncipes han aprovechado para disfrutar de unos días en pareja y descubrir los maravillosos parajes del país africano
Aunque en un principio su viaje a la República de Ghana parecía una visita más en su agenda oficial, lo cierto es que al final se ha convertido en una estancia muy especial e inolvidable para los príncipes herederos de Noruega. Casi como si de una segunda luna de miel se tratase, Haakon y Mette-Marit han aprovechado para disfrutar de unos días en pareja y demostrar que siguen tan enamorados como el primer día.
Así, durante su visita a la fábrica de cemento de Tema, ciudad que se encuentra al este de la capital, Accra, los Príncipes nos regalaron una tierna instantánea en la que, aunque llevaban cascos para protegerse de posibles desprendimientos, aprovecharon para dedicarse románticas miradas, caricias y sonrisas cómplices que no pasaron desapercibidas para los ojos de los trabajadores, que no podían creerse que estuvieran compartiendo con ellos una jornada tan excepcional.
Haakon y Mette-Marit también han podido descubrir los maravillosos parajes de Ghana y sentir el calor de sus gentes que durante el todo el viaje les han mostrado su cariño y afecto. Los príncipes visitaron en Accra un proyecto financiado por Noruega para que mujeres policía aprendan a conducir y el centro de estudios sobre la paz del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Fue precisamente en esta ocasión cuando la Princesa aprovechó para subirse a uno de los coches y demostrar sus dotes al volante. Con un look informal y muy conjuntados, reconocieron el papel de todas estas mujeres que luchan por mantener la seguridad en la zona y del centro que, gracias a la ayuda de organismos internacionales ha conseguido reducir el riesgo de malaria y otras grandes enfermedades que afectan al país.
Además, degustaron los productos típicos de la gastronomía de Ghana y fueron agasajados con trajes bordados por los sastres presidenciales, unas prendas que sólo se entregan a personas de máxima importancia. Sin duda, Haakon y Mette-Marit recordarán con un cariño especial su visita al país africano aunque en esta ocasión no les acompañaron sus hijos, Marius, que en agosto cumplirá diez años, Ingrid Alejandra, de siete, y el pequeño Sverre Magnus, de cinco.
Eso sí, para la Princesa todavía no han acabado los compromisos ya que tras su visita a Ghana, viajará luego a Mali, donde participará en una conferencia organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Sida (UNAIDS), con el que colabora desde hace años.

Magdalena de Suecia, la viva imagen de la felicidad
Tras su difícil ruptura con Jonas Bergström, la Princesa ha conseguido recuperar la sonrisa y la ilusión gracias a Chris O’Neill
Atrás quedaron los difíciles momentos que Magdalena de Suecia vivió después de la polémica ruptura de su compromiso matrimonial con Jonas Bergström y ahora, el rostro de la Princesa irradia una felicidad que hacía mucho tiempo que no mostraba. ¿El motivo? Pues no es ni más ni menos que la nueva vida que lleva en Nueva York junto a la persona que ahora ocupa su corazón, Chris O’Neill, un financiero de 36 años que le ha devuelto la sonrisa y las ganas de volver a creer en el amor.
Más bella que nunca y con un espectacular vestido de bordados dorados y falda de gasa blanca, Magdalena acudió junto a su madre, la reina Silvia, a la Cena de Gala de Primavera celebrada por la Fundación Childhood, una organización fundada y dirigida por la soberana sueca y para la que la Princesa trabaja desde hace casi dos años. Madre e hija derrocharon 'glamour' y elegancia a su llegada a la casa de Deerfield Beach (Florida) de los principales benefactores del acto Per-Olof, cónsul honorario de Suecia, y su esposa, Åsa-Lena Loof, que se mostraron encantados con su visita. "Mi esposa y yo nos sentimos honrados de acogerlas en nuestro en hogar. Es un privilegio contar con invitados tan distinguidos para recaudar fondos para la fundación y ayudar a que los niños de todo el mundo tengan un futuro mejor", declaró Per-Olof.
La Reina, que causó sensación con este original vestido de color frambuesa, se mostró muy emocionada del gran éxito del evento solidario y recordó que todos los beneficios recaudados irán destinados íntegramente a los proyectos infantiles que su fundación lleva a cabo tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, entre ellos el Children’s Harbor de Pembroke Pines (Florida) y la Kristi House de Miami. El optimismo reinó en la fiesta benéfica, pero la apretada agenda en Florida de las damas reales no había acabado y ofreció otras ocasiones para confirmar que la princesa es la viva imagen de la felicidad. Madre e hija volvieron a lucir su mejor sonrisa cuando visitaron escasas horas después de esta velada a los feligreses de una iglesia Congregacional, esto es, cristiana protestante de origen calvinista, en Boca Ratón. Corren buenos tiempos.
