
El Mundo abre con una portada llamativa,
con un titular que se queda casi en nada en los subtítulos. Es verdad
que algún tipo de reacción sí supone el hecho de que cuatro miembros del
Gobierno, el presidente, la vicepresidenta, el ministro de Justicia y
el de Asuntos Exteriores hayan dicho algo sobre el desafío nacionalista
catalán casi un mes después de la concurridísima manifestación de la
Diada. Cabe preguntarse si es una reacción a la altura del retro que se
le plantea. Leamos las palabras:
Rajoy: “Es un torpedo contra el bienestar y no lo aceptaré de ninguna de las maneras.Soraya Sáenz de Santamaría: “Es un capricho”.Gª Margallo: “Lo del Camp Nou da mala imagen”.Ruiz-Gallardón: “España no sobrevivirá en el euro sin Cataluña”
Tal vez la declaración del presidente
mejoraría con un poco más de concreción: cómo no toleraría, qué piensa
hacer para impedírselo. La de la vicepresidenta es irrelevante, al igual
que la del ministro de Asuntos Exteriores aquí reproducida. Es cierto
que lo del Camp Nou da mala imagen, pero hay algo más que mala imagen.
Vean esta foto:

A mí esta foto me recordaba aquella
españolada de Agustín Navarro, con Antonio Ozores, ‘Quince bajo la
lona’, pero en plan industrial. Hagan el cálculo de cuantos ciudadanos
están bajo la estelada. Así, a ojo, unos 1.200. Ahora calculen el número
de tapados por la estelada, que, por mero cálculo estadístico, no se
sentían representados por esa bandera. Que no se sienten
independentistas, en una palabra. Imaginen sus posibilidades de
protestar, su frustración por una imposición totalitaria. Imaginen que
en el partido de vuelta, unos derechistas extienden la bandera española
del águila. Imaginenque unos desaprensivos, como los del Camp Nou, se la
extienden por encima de la cabeza a dos docenas de votantes de CiU que
han ido al Bernabeu acompañando a su equipo.
Pero vayamos al meollo. ¿Qué reacción
gubernamental es esa, en la que dos ministros cualificados como el de
Justicia y el de Exteriores alimentan la más dulce fantasía de Mas?.
Lean otra expresión más relevante de García Margallo reproducida en
titulares por ABC: “España tendría que asumir la deuda de una Cataluña independiente“.
Háganse a la idea del subidón nacionalista: España nos necesita para
sobrevivir en el euro, un motivo más para salirnos. España avalará
nuestra permanencia en la UE como un Estado nuevo. Además, se quedan
toda nuestra deuda, siguen comprándonos el cava y el Barça, en su liga.
Tal como pintan las cosas Gallardón y Margallo, pónganse en la piel de
un catalán y concluirán que haría falta ser muy gilipollas para no ser
independentista.